ECOLOGIA DE SABERES.

La Ecología de saberes es un enfoque que busca integrar y valorar diferentes formas de conocimiento y sabiduría, tanto científicos como tradicionales, con el objetivo de promover una comprensión más completa y holística de la realidad. Este enfoque reconoce la diversidad de perspectivas y experiencias de las comunidades locales, y busca fomentar la colaboración y el diálogo intercultural. En el contexto de la investigación, la Ecología de saberes implica la apertura a la incorporación de conocimientos y métodos de investigación provenientes de diversas disciplinas y tradiciones, en lugar de limitarse a un enfoque disciplinario único. Esto puede enriquecer y mejorar la calidad de la investigación, al permitir abordar de manera más integral y contextualizada los problemas y desafíos que enfrenta la sociedad.

En el ámbito educativo, la Ecología de saberes propone una pedagogía que incorpore y valore los saberes y experiencias de los estudiantes, promoviendo un aprendizaje colaborativo y contextualizado que reconozca la diversidad cultural y epistémica. Este enfoque busca redefinir el papel de la escuela como un espacio de encuentro y diálogo entre distintas perspectivas y conocimientos, fomentando la reflexión crítica y la construcción de consensos en torno a problemáticas sociales y ambientales.

En última instancia, la Ecología de saberes busca contribuir a la construcción de una sociedad más democrática, inclusiva y sostenible, que valore y promueva la diversidad de saberes y maneras de entender y relacionarse con el mundo. Para lograrlo, es necesario fortalecer los vínculos entre la investigación, la escuela y la sociedad, promoviendo la colaboración y el intercambio de conocimientos entre distintos actores y fomentando una cultura de diálogo y respeto mutuo.

Definición de Ecología de Saberes.

La ecología de saberes es un enfoque que reconoce la diversidad de conocimientos y busca el diálogo entre diferentes formas de saber. Varios autores han contribuido a esta perspectiva:

Boaventura de Sousa Santos propone la ecología de saberes como una alternativa a la lógica de la monocultura del conocimiento. En su visión, se deben reconocer y valorar no solo los conocimientos científicos, sino también otros saberes prácticos útiles. Esto crea comunidades epistémicas más amplias y fomenta el interconocimiento.

Enrique Leff destaca la interdependencia entre los saberes científicos producidos por la modernidad occidental y otros saberes. La ecología de saberes busca compatibilizar valores cognitivos y ético-políticos, promoviendo la diversidad epistemológica y la apertura hacia nuevas «verdades por venir».

Senescyt (Secretaria de Educación Superior, Ciencia, Tecnología y Educación): Propone el diálogo e intercambio permanente entre conocimientos científicos y otros saberes sociales, populares, artísticos, campesinos, indígenas, afrodescendientes, etc., en el proceso de enseñanza-aprendizaje.

La ecología de saberes en el contexto de la educación primaria en Venezuela debe:

Buscar la integración y valoración de los conocimientos tradicionales, culturales y científicos para promover un enfoque interdisciplinario y holístico en la enseñanza. En este sentido, es necesario promover un diálogo entre diferentes saberes y prácticas, reconociendo la diversidad de perspectivas y formas de entender el mundo.

Incorporar contenidos curriculares que reflejen la riqueza cultural y biodiversidad de Venezuela, fomentando el respeto por la naturaleza y la diversidad de conocimientos.

Promover una educación crítica y reflexiva, que permita a los niños y niñas cuestionar y comprender las realidades socioambientales en las que viven.

Promover una educación inclusiva y equitativa, que reconozca y valore los saberes y experiencias de todos los estudiantes, independientemente de su origen cultural, socioeconómico o geográfico. En este sentido, se busca fomentar una educación que promueva la interculturalidad, el diálogo y la construcción colectiva de conocimiento.

Epistemología del Sur:

La Epistemología del Sur es un enfoque crítico que busca contrarrestar la imposición de una epistemología universalista y objetivista. Se origina como una resistencia a la visión eurocéntrica de la Modernidad y valora los saberes autóctonos y multiétnicos.

La Epistemología del Sur es una corriente teórica basada, principalmente, en la obra del sociólogo y filósofo Boaventura de Sousa Santos (1940), que propone una disputa de sentidos al interior de la epistemología clásica, entendida como profundamente “eurocéntrica”.

La crítica de De Sousa Santos a las epistemologías tradicionales —denominadas Epistemologías del Norte, se concentra en que éstas se basan sistemáticamente sobre lo que llama una “línea abisal” que separa a las sociedades: a las metrópolis de las colonias. Al ser una línea invisible, ésta permite a esas epistemologías el planteo de falsos universalismos, basados en la experiencia de las metrópolis, apuntando a la reproducción y justificación del dualismo normativo entre metrópoli y colonia. La metrópoli pasa a ser la única fuente de conocimiento válido, mientras que lo que se encuentra del otro lado de la línea pasa a ser reino de la ignorancia.

Diferencia entre la epistemología del Norte y del Sur

La línea trazada, entonces, entre sociedades, es “abisal” porque los saberes que quedan al otro lado de ella son producidos activamente como no existentes por los saberes que quedan del lado del “nosotros” de la Epistemología del Norte. Así, la Epistemología del Norte produce ausencias. Cabe aclarar, en este sentido, que la división entre Norte y Sur no responde a criterios estrictamente geográficos. De Sousa Santos hará referencia a un Norte Global, aquél que llevó a cabo los procesos de conquista territorial sobre el Sur Global, ahora bien, tanto en el Norte como en el Sur geográfico pueden coexistir “nortes” y “sures” epistemológicos.

La noción de “Sur” al hablar de una Epistemología del Sur, está relacionada con la idea de una resistencia, al interior de la epistemología, contra la imposición de una epistemología universalista, objetivista, que se afirma como único medio válido para acceder a una verdad objetiva; pero que, al mismo tiempo, fue configurada históricamente en contextos concretos, a saber, la Modernidad europea.

La comunidad como metodología de aprendizaje:

La comunidad puede ser una poderosa metodología de aprendizaje, especialmente cuando se trata de construir conocimiento colectivo y fomentar la colaboración. Aquí hay algunas formas en que la comunidad puede influir en el proceso de aprendizaje:

Aprendizaje colaborativo: Las comunidades proporcionan un entorno donde las personas pueden aprender juntas. Los miembros comparten experiencias, conocimientos y recursos, lo que enriquece el aprendizaje individual y colectivo.

Intercambio de ideas y perspectivas: En una comunidad, las personas tienen diferentes antecedentes, habilidades y puntos de vista. El diálogo entre ellos permite explorar diversas perspectivas y enfoques, lo que amplía la comprensión y estimula el pensamiento crítico.

Apoyo mutuo: La comunidad brinda apoyo emocional y práctico. Los miembros pueden ayudarse mutuamente a superar obstáculos, resolver problemas y mantener la motivación. Esto es especialmente valioso en contextos de aprendizaje.

Aprendizaje informal: Las conversaciones informales, los debates y las actividades compartidas en una comunidad pueden ser igual de valiosos que las lecciones formales. A menudo, se aprende más de las interacciones cotidianas que de los materiales de estudio.

Construcción de redes: Las comunidades permiten establecer conexiones con personas que comparten intereses similares. Estas redes pueden ser útiles para acceder a oportunidades de aprendizaje, empleo o colaboración futura.

¿Podemos practicar y promover la Ecología de Saberes dentro de la Universidad?

La Ecología de Saberes puede ser una valiosa perspectiva dentro del entorno universitario. Aquí hay algunas formas en las que se puede promover:

Currículo interdisciplinario: Diseñar programas académicos que integren diferentes disciplinas y enfoques. Esto permite a los estudiantes explorar conexiones entre áreas de conocimiento y comprender problemas desde múltiples perspectivas.

Diálogo entre saberes: Fomentar espacios de diálogo donde se reúnan profesores, estudiantes y miembros de la comunidad. Estos encuentros pueden incluir debates, conferencias, talleres y actividades colaborativas.

Valorar saberes locales y tradicionales: Reconocer y respetar los conocimientos autóctonos, culturales y populares. Esto puede incluir la colaboración con comunidades locales y la incorporación de prácticas ancestrales en la enseñanza.

Investigación participativa transformadora: Involucrar a estudiantes en proyectos de investigación que aborden desafíos reales en colaboración con comunidades. Esto permite aplicar saberes académicos y locales para encontrar soluciones.

Espacios de aprendizaje no convencionales: Ir más allá del aula tradicional. Organizar salidas de campo, visitas a lugares relevantes y actividades prácticas que conecten teoría y experiencia.

Inclusión de voces diversas: Invitar a expertos de diferentes campos, culturas y contextos para enriquecer el aprendizaje. Esto amplía la diversidad de saberes presentes en la universidad.

En conclusión, la ecología de saberes es un enfoque que reconoce la diversidad de conocimientos y busca el diálogo entre diferentes formas de saber. Varios autores han contribuido a esta perspectiva, destacando la importancia de valorar los saberes científicos, tradicionales, culturales y locales en el proceso de enseñanza-aprendizaje. La Epistemología del Sur también juega un papel fundamental al cuestionar la imposición de una epistemología universalista y objetivista, promoviendo la diversidad epistemológica y la apertura hacia nuevas «verdades por venir».

En el contexto universitario, promover la ecología de saberes implica diseñar programas académicos interdisciplinarios, fomentar el diálogo entre diferentes saberes, valorar conocimientos locales y tradicionales, involucrar a estudiantes en investigaciones participativas y crear espacios de aprendizaje no convencionales. Con estas prácticas, se puede fomentar la diversidad, el diálogo intercultural y la construcción colectiva de conocimiento dentro de la universidad, contribuyendo a una educación inclusiva, equitativa y transformadora.