LA ANALOGIA. PASOS PARA REALIZARLA CON ÉXITO.

La Analogía es una figura retórica que se utiliza para establecer una comparación entre dos elementos, conceptos o situaciones que comparten características similares, con el objetivo de aclarar o ampliar el significado de uno de ellos.

LA ANALOGIA

La Analogía es una figura retórica que se utiliza para establecer una comparación entre dos elementos, conceptos o situaciones que comparten características similares, con el objetivo de aclarar o ampliar el significado de uno de ellos. Es una herramienta muy útil en la comunicación, ya que nos permite explicar ideas complejas de manera más sencilla y accesible.

ELEMENTOS DE LA ANALOGIA:

Los elementos están compuestos por dos partes principales: el término comparado y el término comparante. El término comparado es la idea o concepto que se quiere explicar de manera más clara, mientras que el término comparante es aquello con lo que se establece la comparación.

PASOS PARA REALIZAR UNA ANALOGIA:

A la hora de realizar una analogía, se deben tener en cuenta los siguientes pasos:

  • Identifica los dos elementos que quieres comparar: En una analogía, se establece una relación entre dos cosas distintas. Identifica claramente cuáles son esos dos elementos.
  • Encuentra las similitudes: Una vez que hayas identificado los dos elementos, busca las similitudes entre ellos. Pregúntate qué características comparten o qué aspectos tienen en común.
  • Determina la relación entre las similitudes: Una analogía se basa en establecer una relación lógica entre las similitudes identificadas. Determina qué tipo de relación existe entre las características compartidas de los dos elementos.
  • Aplica la relación a los elementos: Utiliza la relación establecida para aplicarla a los elementos que estás comparando. Esto implica tomar las características compartidas y aplicarlas a cada elemento de manera coherente.
  • Verifica la validez de la analogía: Después de haber realizado la analogía, verifica si es válida y lógica. Asegúrate de que la relación establecida sea razonable y coherente con los dos elementos que estás comparando.
  • Explica la analogía: Finalmente, explica la analogía de manera clara y precisa. Describe la relación establecida y cómo se aplica a los elementos que estás comparando. Asegúrate de que tu explicación sea comprensible para los demás.

EJEMPLOS DE ANALOGIAS:

Ahora, pongamos en práctica estos conceptos con algunos ejemplos:

1. Analogía sobre el funcionamiento de un motor: Para explicar cómo funciona un motor de combustión interna, podemos establecer una analogía con un cuerpo humano. Podemos comparar el cilindro de un motor con los músculos, el pistón con el corazón y el combustible con los alimentos. De esta manera, podemos explicar cómo el motor toma el combustible, lo quema en los cilindros y convierte la energía en movimiento de la misma forma en que nuestro cuerpo convierte los alimentos en energía para realizar actividades físicas.

2. Analogía sobre el ciclo del agua: Para explicar el ciclo del agua, podemos establecer una analogía con una montaña rusa. Podemos comparar la evaporación del agua con la subida de la montaña rusa, la condensación con el momento en que la montaña rusa llega a la cima y comienza a descender, la precipitación con la bajada de la montaña rusa y la recogida en los valles, y la acumulación de agua en los océanos y lagos con el fin del recorrido de la montaña rusa.

Recuerda que una buena analogía debe ser clara, precisa y comprensible para el lector. Busca temas o situaciones que sean familiares y cotidianos, de modo que el lector pueda establecer fácilmente la comparación y comprender mejor el concepto que se quiere transmitir.

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